Decidí abordar este tema, porque en estos tiempos tan difíciles, en donde sin duda la pandemia le ha pegado a todo tipo de negocios en todo el mundo, en donde las economías mundiales se han visto afectadas, y algunos han reaccionado mejor que otros, es importante tocarlo.

Muchas personas se preguntan:

 ¿Será tiempo de no hacer marketing? ¿En tiempos de crisis hay que ahorrar? ¿Será tiempo de cerrar la llave o apretarse el cinturón?

Después de observar muchos negocios de distintos giros, llegue a la conclusión, de que si es un tema de vida o muerte para el negocio o la empresa en la cual estas, la respuesta es clara, tienes que hacer lo que tienes que hacer con tal de sobrevivir. La gente piensa que lo primero que hay que cortar son las inversiones en marketing y comunicación, pero lo que yo he aprendido es que no. Más que dejar de hacer, de lo que se trata es de hacer algo diferente y seguir empujando el marketing.

He visto muchos negocios cerrados, locales vacíos y una disrupción tremenda entre la oferta y la demanda, falta de disponibilidad de productos y un mercado laboral tremendamente afectado. En Estados Unidos ya se empieza a ver un alza en las ofertas laborales, en donde empresas están buscando contratar, y lo que esta pasando es que les esta siendo difícil llenar esas plazas, ¿Por qué?, porque los estadounidenses desempleados están recibiendo aproximadamente $300 USD mensuales de los cuales no pagan impuestos y ahora prefieren quedarse en su casa. También hay negocios que están funcionando y funcionando bien, ¿Por qué? Porque se han ajustado.  Hay que recordar que el marketing, es todo, es la mezcla de cómo manejas tu producto, el precio que le das, qué canales de distribución o venta utilizas, qué comunicas, cómo te vinculas con tu mercado, todo eso es marketing.

¿Qué aprendizajes he tenido y me gustaría compartir respecto a cómo reaccionar en tu negocio o emprendimiento en momentos de crisis?

  1. Hay que cambiar el formato de producto o servicio para ajustarlo a las nuevas condiciones, pero sin perder la esencia de lo que eres y tu propuesta de valor. Aquí el reto es no traicionar la propuesta de valor esencial y ajustarse a las condiciones, buscar nuevos mercados, porque no todo desapareció, si estas perdiendo tu mercado original, hay que buscar si algunos mercados u oportunidades.

Por ejemplo, las tiendas de bicicletas ampliaron su mercado y su negocio, vendieron más bicis que nunca, vendieron hasta las bicicletas de renta.

  • Hacerse pequeño sin perder la calidad de su negocio.
  • Tener empatía con el usuario o cliente, asegurando una experiencia que de entrada es diferente, pero extraordinaria. Hoy es distinto ir a un restaurante o a una tienda, pero de alguna manera te hacen sentir que están haciendo un esfuerzo, están preocupado por ti y como cliente lo agradeces.
  • Cambiar tu comunicación, honesta y clara, de lo que puedes y no puedes hacer y de cómo te sientes como negocio ante esta complejidad. La empatía también aquí es importante, y el agradecimiento hacia tu cliente, el esfuerzo que hace para seguir siendo tu cliente pese a las circunstancias. Cuando como cliente te sientes entendido, agradecido y que celebran contigo el regreso a la “nueva normalidad”, te hace sentirte muy bien respecto a ese negocio.

La gran conclusión es que, quienes eran débiles, claramente murieron, quienes ya tenían una propuesta de valor diferenciada y supieron reaccionar y adaptarse, están sobreviviendo o incluso floreciendo, y estoy seguro de que serán mejores una vez pasemos los efectos de esta pandemia.

El COVID y la crisis que dejo esta pandemia, sin duda acentuaron las diferencias entre las marcas y propuestas en todos los ámbitos. Se demostró que más que eliminar el marketing, lo que tienes que hacer es MÁS MARKETING, pero MÁS INTELIGENTE y MEJOR PENSADO, y ad hoc a las circunstancias que están viviendo tus clientes.

Para mi ha sido una experiencia enriquecedora, me ha enseñado mucho, y me ha confirmado que todo lo que hemos aprendido a lo largo de los años sobre marketing, es válido y sobre todo es valioso en tiempos de crisis.

Rodolfo Rubio