¿Qué tiene que ver el capitalismo consciente con las marcas? Me parece que mucho. Las marcas son los principales actores del capitalismo, pues son la personificación del valor que los actores de este sistema producen e intercambian. Este sistema nació, de alguna forma, bajo la inspiración del libro de Adam Smith en 1776, quien seguramente nunca imaginó que con sus ideas llegaríamos a la sofisticación del marketing que conocemos hoy en día.
Ahora, ¿cómo nacieron las marcas y el marketing? La historia es muy interesante; la más aceptada es que, el ejercicio consciente de “marcar” algo, es decir, de ponerle una marca o brandear algo de una manera organizada para una compañía que tiene un negocio comercial importante, inició cuando el señor Procter y el señor Gamble, en la ciudad de Cincinnati, Ohio, orgullosos de la calidad de sus productos, marcaban las cajas de jabón con una “X” para que las personas supieran que venían de su fábrica. Posteriormente, esa “X” se convirtió en una luna con unas estrellas, y el resto es historia. De ahí nace la idea de “marcar” los productos con la finalidad de identificar al productor. Esta es la historia de las marcas y su rol en el capitalismo.
Lo que es un hecho, es que las marcas que hoy utilizamos están íntimamente casadas con el concepto del capitalismo. Sin duda, el capitalismo ha estado bajo mucho escrutinio en los últimos años, pero ¿por qué? Porque a pesar de que es probablemente el mejor sistema de organización para la generación y distribución de valor para la humanidad, y es el que hemos probado, ajustado y adoptado la mayoría de los países para progresar, sin duda, no es perfecto. Desde su imperfección observamos brechas enormes entre quienes se han beneficiado y quienes se han quedado atrás. Conocemos empresas que han hecho barbaridades desde sus entornos y por supuesto, el costo que paga la naturaleza por el quehacer desbordado de muchas empresas que no cuidan de ella. Sabemos que eso existe, y sin duda hay historias muy tristes; pero la realidad es que el capitalismo ha generado y distribuido un valor enorme durante muchos años beneficiando a miles de millones de humanos. Si bien es cierto que se ha generado una desigualdad enorme, existe también la oportunidad de una refundación del capitalismo hacia uno que, cumpliendo los preceptos de libertad para emprender y las reglas de los mercados, no ponga por encima de todo, las utilidades que disfrutan algunos pocos.
¿Qué es el capitalismo consciente? Este propone que hoy las utilidades no pueden ser el único motivador que esté por encima de todo; este capitalismo es más responsable, más humano, he incluso, genera mejores resultados. Una nueva generación de empresarios se ha dado cuenta que para que este sistema pueda continuar fuerte y vital, tiene que ser más consciente de todos los factores participantes en el modelo, además de los inversionistas, es decir, los colaboradores y proveedores, el gobierno y la comunidad, y los consumidores, en pocas palabras, el ecosistema que está alrededor de una empresa. Si este ecosistema no se cuida y no está sano, es muy difícil que la empresa perdure en el tiempo. Entonces, este nuevo concepto busca cuidar los intereses de todos los participantes, además de hacerse responsables del impacto en todo su entorno y minimizar el daño al medio ambiente. Es decir, cumple su misión de crear valor, pero de una mejor manera.
En el Tec de Monterrey hemos lanzado el Centro para las Empresas Conscientes: un centro académico que se va a dedicar a investigar, asesorar, publicar, inspirar y divulgar, el capitalismo consciente para beneficio de las nuevas generaciones de empresarios. Hemos traído a una de las mentes más brillantes y respetadas en el mundo, el profesor Raj Sisodia, que se incorpora como profesor distinguido de esta práctica, liderando a colegas de la institución, para lograr ser uno de los centros de mayor influencia en todo el mundo en este concepto tan importante y vital para las marcas, el capitalismo consciente.
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